La Gestión para Resultados
(GpR) es un modelo de cultura organizacional, directiva y de gestión que pone
énfasis en los resultados y no en los procedimientos. Tiene interés en cómo se
realizan las cosas, aunque cobra mayor relevancia en qué se hace, qué se logra
y cuál es su impacto en el bienestar de la población; es decir, la creación de
valor público1. El objeto de trabajo de la GpR son el conjunto de
componentes, interacciones, factores y agentes que forman parte del proceso de
creación del valor público. Son relevantes el PND, en el que se definen los
objetivos de gobierno; el PEF, que es la asignación de recursos al proceso de
creación de valor; los costos de producción; y, los bienes y servicios que se
producen.
La GpR tiene cinco principios, los cuales forman la base para una administración del desempeño sólida:
1 El valor público se crea cuando se generan
las condiciones orientadas a que todos los miembros de la sociedad disfruten de
oportunidades para una vida digna, de empleo y bienestar, y garantizar el
acceso a dichas oportunidades; es decir, cuando se aportan respuestas efectivas
y útiles a las necesidades o demandas presentes y futuras de la población.